lunes, 3 de enero de 2011

APUNTES PARA FINANCIAR LA EDUCACIÓN



INTRODUCCIÓN
 A lo largo de la Historia, la Educación, formal e informal, ha sido el elemento esencial para desarrollo de los pueblos. Así lo entendieron nuestros antepasados precolombinos y hoy siguen reconociéndolo los neoliberales, pero con una gran diferencia: mientras nuestros antepasado, veían en la educación una posibilidad de desarrollo humano mancomunado, los defensores del “capitalismo salvaje” la conciben ven como un mero factor de producción que empuja al crecimiento con fines únicamente económicos. Esa es la razón por la que  Peter Drucker, expresa enorme  preocupación cuando sostiene que la educación “… no ha sido aún capaz de responder a las exigencias de este modelo social basado en el conocimiento” (2001; 93).

Aunque el modelo neoliberal ha fetichizado el primigenio principio “laissez faire, laissez passer”, traslapando la no intervención del Estado de los asuntos económicos a los servicios públicos; en materia educativa, no cabe duda que la primera responsabilidad recae sobre el Estado; a ello debe sumarse, sobre todo en materia de financiamiento, quienes se benefician de, a nombre de la inversión, obteniendo pingües ganancias. Desde el punto de vista de la eficacia de los aprendizajes, al rol inherente de los docentes se añade una responsabilidad compartida entre la familia y la sociedad, aunque solo se trata de una responsabilidad pedagógica y vigilancia. En ese sentido, LAS FORMAS DE FINANCIAMIENTO SON CUESTIONES VINCULADAS A LAS POLÍTICAS DE ESTADO Y POLÍTICAS PÚBLICAS que éste patrocina.

Reiteramos, la sociedad civil cumple, principalmente, con el rol de vigilancia. Ese papel permitirá garantizar un servicio óptimo, tanto en la administración, atención y práctica educativas. El papel de vigilancia se fundamenta en que nuestra condición de ciudadanos asegura la sostenibilidad de la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje, evaluando los resultados alcanzados, tanto como las asignaciones presupuestales concedidas desde el Estado; presupuesto del cual somos tributarios directos e indirectos.

Así, se ha tratado de responder a la pregunta ¿cómo financiar la educación en el Perú?, previamente reflexionando sobre temas básicos que orientan la discusión del campo educativo. Entonces, iniciamos este trabajo individual hablando “Acerca de la Educación Peruana”, título que nos remite a una comprensión general del fenómeno educativo. Asimismo, desarrollamos someramente el título “La Educación como Inversión  y Sostenibilidad”. En seguida, bajo el  título “Las Fuentes de Financiación en Educación”, tratamos el asunto de fondo del trabajo, en el cual se plantean algunas propuestas para  el financiamiento de la educación en nuestra patria.

ACERCA DE LA EDUCACIÓN PERUANA
La educación en el Perú, como en otros lugares del mundo que tienen las mismas características, ha oscilado -y sigue oscilando- entre dos grandes direcciones: una formal, asumida y atendida por el Estado directamente; la otra, no formal, llevada a cabo por prácticas consuetudinarias, apoyadas, en algunos casos, por Organismos Para-Gubernamentales o No Gubernamentales, pero desatendidas por el Estado.

En la actualidad, la educación no formal, a diferencia del Perú Antiguo (Valcárcel: 1998; 83), es una respuesta a la exclusión del Derecho a la Educación, así como a la incapacidad del Estado para atender las demandas y necesidades educativas que tiene la población en nuestra patria. Asimismo, cabe resaltar que esa incapacidad también ha propiciado un crecimiento anárquico de la educación privada que, en la mayoría de los casos, no deja de ser una especie de puestos de mercado con expendio de productos de mala calidad.

La población peruana ha crecido en cifras pero no en atención educativa. Así, en 1981, la población peruana fue de 17 005 210 habitantes, distribuidos en 11 091 923 en el área urbana y en 5 913 287 habitantes en el área rural; en este caso, la tasa de crecimiento anual fue de 2,8% para la zona urbana y de apenas 0,9% para la zona rural. En el año 1997 de los 22 048 356 habitantes, 15 458 599 correspondía al ámbito urbano, con una tasa de crecimiento anual de 2,1%; en tanto 6 589 757  integraban el ámbito rural, cuya tasa de crecimiento anual disminuyó al 0,01% (Censo 2007-INEI).

Según la cifras del INEI, el año 2007 crecimos hasta alcanzar una población de 27 412 157 de habitantes (población censada), de la cual solo 6 601 869 corresponden al área rural. La población rural, que era de 4 010 834 personas en el año 1940 ha crecido apenas en 1,6 veces al año 2007. Dicho de otro modo, mientras que en 1940 teníamos el 35, 4% de población urbana y el 64,6% de población rural. En el 2007 se ha dado un vuelco impresionante: contamos con el 75,9% de citadinos y escasamente con el 24,1% de ruralidad poblacional (Idem.).

La desatención educativa, sigue siendo preocupante en el Perú cuya mayor incidencia se presenta en la zona rural. De los 27 412 157 de habitantes, se observa que los residentes del área urbana tienen mejores niveles educativos: el 37,9% logró estudiar educación superior, mientras que en el área rural solo lo hizo el 6,2%. En cuanto a educación secundaria, el 40% de los pobladores urbanos lograron estudiar este nivel, pero en el área rural desciende al 28,9%. En cambio, la población sin nivel es del orden del 4, 1% en el área urbana y del 19,5% en el área rural (Sic.).

LA EDUCACIÓN COMO INVERSIÓN Y SOSTENIBILIDAD
Los diversos países del mundo, con los cuales nos miden y comparan, fungen haber alcanzado altos niveles de “desarrollo”, que en realidad solo son niveles de crecimiento, gracias a que la educación se ha convertido en la “llave de su éxito”. Muy al margen de cómo se concibe la educación y cuál es su finalidad, no está en discusión la cualificación educativa y la equiparación con los estándares internacionales. Esto significa que el perfil del Proyecto Nacional no puede estar divorciado de los estándares de calidad educativa y del desarrollo social y humano. El crecimiento es solo un indicador macroeconómico que campea con la pobreza y que es contrario a toda forma posible de desarrollo socialmente justo.

En esa perspectiva, la EDUCACIÓN no puede ser evaluada como un sector que  genera gastos y no produce, hace falta concebirla como una INVERSIÓN para el mediano y largo plazos. De otro lado, invertir en educación es dotar al país de SOSTENIBILIDAD, puesto que al dotarle de recursos y proveerle de un buen prespuesto, no estamos respondiendo solo situaciones coyunturales; por el contrario, estamos asegurando un futuro más allá de las circunstancias actuales; más aún sin somos un país caracterizado por su diversidad y una población mayoritariamente joven menores de 29 años, hablamos de 8´357,533 menores de 14 años y de 15´911 737 que no pasan los 29 años.

En el otro lado tenemos una población adulta joven (30-44) de 5´588,602; una población propiamente adulta (45-59) de 3´416,175; y, una población adulta mayor (60  a más) que alcanza el 2´496,643. Cualquier financiamiento en educación debe pasar por mirar estas referencias demográficas para luego determinar cuál debería ser la inversión per cápita en educación.

Necesitamos virajes urgentes en la concepción que manejamos de educación. Ésta más que un concepto o una discusión política o sociológica es una posibilidad de desarrollo nacional. La educación es una Política Pública, o sea “… un conjunto de acciones y decisiones tomadas por los funcionarios públicos al momento de resolver los problemas que afronta la sociedad” (Grupo Nacional de Presupuesto Público: 2009; 4). Obviamente, estas acciones responden a una orientación política definida por aquellos que están a cargo de conducir el Estado.

Solo para tomar un ejemplo cercano, los chilenos consideran que “la educación es el instrumento más poderoso del que disponen las personas, familias y países para desarrollarse y mejorar sus perspectivas. La educación es, en efecto, la base fundamental de las oportunidades que tienen las personas a lo largo de su vida y constituye el sustento básico de la productividad y desarrollo de los países” (Marcel & Tokman: 2005, 5). No obstante, el punto de partida de los chilenos es meramente mercantilista razón por la que reafirman que “El aporte de la educación al crecimiento económico, por medio de su relación con el capital humano, es uno de los elementos esenciales de la llamada “Nueva Teoría del crecimiento”. Este enfoque, tiene que ser revisado en nuestra patria, porque NO SE TRATA DE EDUCAR PARA CRECER SOLO EN TÉRMINOS ECONÓMICOS, SE TRATA DE EDUCAR PARA DESRROLARSE HUMANA Y SOCIALMENTE EN MEDIO DE LA DIVERSIDAD.

FUENTES DE FINANCIACIÓN EN EDUCACIÓN
1.       CAMBIOS EN LA POLÍTICA FISCAL
El Presupuesto General de la República tiene dos grandes componentes: INGRESOS CORRIENTES, obtenido por impuestos, tributación, donaciones, endeudamiento externo, y la ESTRUCTURA DE GASTOS, constituido por 1) gastos de capital o inversión pública; 2) gastos corrientes o funcionamiento del Estado; y, 3) Servicios de la deuda pública o pago de la deuda externa e interna.

Mirando las cifras habría que preguntarnos: ¿Por qué si entre el 2003 al 2008 la economía ha crecido 8% anual en promedio y el presupuesto público también aumentó en 60% (pasó de 44 mil millones a más de 71 mil millones), no ha habido un presupuesto equitativo en educación? ¿Por qué si el presupuesto del 2009 aumentó en 1,83% respecto al Presupuesto de Apertura de 2008, es decir1 305´711,090 soles, no se ha dado un incremento proporcional al sector educación? Hace falta, entonces, un cambio en la POLÍTICA FISCAL, donde el sector educación tenga un lugar importante aunque no necesariamente exclusivo.

Entendemos por política fiscal a ese conjunto de acciones y decisiones que usa el Estado para recaudar ingresos o recursos necesarios para el cumplimiento de las funciones de gobierno y de sus obligaciones con la población. La política fiscal es un reflejo de la política económica y de desarrollo del país. Entonces necesitamos un viraje urgente respecto a la distribución del presupuesto en educación, puesto que mientras en el 2008 hemos tenido el 3,5% del PBI, menor al de 2007 que fue de 3,8%; en el 2009 se redujo a solo el 2,9% del PBI (Francke: 2008; 27).

En el Perú, los gobernantes muestran un comportamiento económico especial: hay una tentación por generar superávit, muchas veces sin justificación alguna. En ese sentido, si miramos el PRESUPUESTO GENERAL DE LA REPÚBLICA en los últimos cuatro años vamos a ver cómo éste ha evolucionado, pero también cuánto ha sido el superávit generado. Para tal referencia veamos el cuadro siguiente:

PRESUPUESTO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
EN MILLONES DE SOLES
PRESUPUESTO PÚBLICO

2006
2007
2008
2009
GASTOS CORRIENTES O
FUNCIONAMIENTO DEL ESTADO

40 833

43 407

47 139

51 205
GASTOS DE CAPITAL O
INVERSIÓN PÚBLICA

8 486

10 224

13 592

17 028
SERVICIOS DE LA DEUDA PÚBLICA

4 336

8 732

5 045

3 335
T  O  T  A  L

53 655

62 363

65 776

71 568
SUPERÁVIT

11 098
16 190
16 887
16 592


Ø Entre el 2003 al 2008 hemos crecido 8% anual en promedio. El presupuesto público también aumentó en 60%, pasó de 44 mil millones a más de 71 mil millones.
Ø El presupuesto del 2009 aumentó en 1,83% respecto al Presupuesto de Apertura de 2008, es decir1, 305´711,090 soles; pero disminuyó en términos reales en 1,7% por la inflación (3,5%).

Los hallazgos encontrados en materia fiscal nos hacen involucrarnos con mayor criticidad en el reclamo por una distribución más equitativa de nuestro presupuesto e incrementar la inversión per cápita en educación; pues, por ahora estamos dentro de los países iberoamericanos con menor inversión. A manera de ejemplo, veamos algunos promedios de inversión por estudiante en dólares: España, 2 713; Argentina, 1 134; Brasil, 947; México, 734; Chile, 660; Costa Rica, 592; Colombia, 430; PERÚ, 251; Ecuador, 226 (Foro Educativo: 2004; 71).

2.       LA SOBREUTILIZADES MINERAS
 En el año 2007: la GRAN MINERÍA obtuvo más de 14 mil millones de soles de sobre utilidad, pero el óbolo minero fue menos de 600 millones, exactamente fue de 517 millones de soles. Por qué, entonces no se grava con un impuesto a las sobre ganancias y por lo menos el 30% de esas sobreutilidades se destina a educación.

 Consideramos que gravar las sobreutilidades es un acto de justicia frente a la depredación de nuestro territorio. Recordemos que la “la rapidez e intensidad con la que se explotan los recursos naturales, en la actualidad, está provocando grandes fracturas a nivel cultural, social al interior de las comunidades, pero también en los ecosistemas, que han perdido, su capacidad de regeneración, que debería irse restituyendo con la misma velocidad e intensidad con la que  avanza el ciclo depredador” (Arana: 2008; ¶ 18). Por lo mismo, debemos de mirar el daño ecológico que nos está causando la explotación minera, y lo mínimo que debemos pedir es destinar parte de esas sobre ganancias como una especie de resarcimiento, cuyo destino debe ser la educación peruana.  

3.       EL SUPERÁVIT
Otra fuente de financiamiento de la educación debería ser los superávits. ¿Cómo se genera el superávit? Éste es un mecanismo de la política fiscal que se obtiene del monto del presupuesto nacional no invertido o no gastado. Esta estrategia del fisco significa que se debe implementar un ajuste que se traduce en medidas de ahorro que son destinados a otros conceptos. En nuestro país, este superávit o resultado primario, se ha ido destinando al pago de la deuda externa. Imaginémonos si este resultado primario hubiera servido a educación, el presupuesto de los últimos años se hubiera incrementado, al asignado, del siguiente modo:
Ø AÑO 2 006: hubiera crecido en 11 mil 98 millones de soles al originalmente asignado.
Ø AÑO 2 007: hubiese aumentado en 16 mil 190 millones de soles al inicialmente dado.
Ø AÑO 2 008: se habría incrementado en 18 mil 887 millones de soles al presupuesto otorgado.
Ø AÑO 2 009: hubiera subido en 16 mil 592 millones de soles al asignado.

4.       ESCUCHANDO AL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN
Jorge Basadre (2000) en una reedición de Historia de la República nos hace recordar que el Gobierno de Pardo y Barreda (1904-1908), constituye “un hermoso capítulo de la historia republicana”. Precisamente, como no había sucedido antes (y tampoco después) en la Historia del Perú, en aquellos años el presupuesto destinado a educación, en el año 1907 llegó a 15,44%. Si bien, este índice es ilusorio en la actualidad, no obstante, el Consejo Nacional de la Educación al menos ha pretendido que el presupuesto llegara al 6% del P.B.I.

El Consejo Nacional de la Educación (CNE), fue creado legalmente mediante la Ley General de Educación del año 1982, pero tuvieron que pasar 20 años para quedar constituido mediante el Decreto Supremo N° 007-2002-ED. Según esta norma, el CNE se “reincorpora, como un órgano especializado del Sector Educación”. Una de sus funciones principales fue “promover y vigilar los acuerdos y compromisos a favor del desarrollo educativo nacional” (Ídem.).

Hacia el año 2004, el Ministerio de Educación y el Foro de Acuerdo Nacional solicitaron al Consejo Nacional de la Educación la elaboración de una política educativa concertada de corto plazo que se denominó EL PACTO SOCIAL DE COMPROMISOS RECÍPROCOS 2004-2006. Este Pacto se trazó cuatro prioridades, de las cuales, la CUARTA, contemplaba el financiamiento de la educación “… aumentando anualmente el presupuesto de la república en un porcentaje no menor del 0,25% del PBI hasta llegar al 6%” (CNE: 2008; 21).

De haberse alcanzado el presupuesto asignado para educación, esto se hubiera traducido en el mejoramiento sustancial en la inversión per cápita por estudiante, mejoramiento de la infraestructura, incremento de los salarios a los maestros, implementación de bibliotecas, laboratorios, entre otros beneficios. Si desde el año 2004 hubiésemos tenido un presupuesto  del 6% del PBI, en términos cuantitativos el sector educativo hubiera recibido un presupuesto del siguiente modo:
Ø 2 006: 3, 219,300 de 53 mil 655 millones soles.
Ø 2 007: 3, 741,780 de 62 mil 363 millones de soles.
Ø 2 008: 3, 946,560 de 65 mil 776 millones de soles.
Ø 2 009: 4, 294,080 de 71 mil 658 millones de soles.




















BILBIOGRAFÍA
Arana, M. (2008). Los recursos naturales como mercancía. Documento de trabajo; ediciones GRUFIDES; Cajamarca-Perú.

Basadre, J. (2000). Historia de la República. Reedición del Grupo Editorial el Comercio; Lima-Perú.

Consejo Nacional de la Educación (2008). CNE, balance y perspectivas 2002-2008. Edición CNE; Lima-Perú.

Drucker, P. (2001). La sociedad post-capitalista. Editorial Atenea, segunda edición; México.

Dürkheim, E. (1992). Educación y Sociología. Editorial Grijalbo; Madrid-España.

Grupo Nacional de Presupuesto Público (2009). La verdad sobre el presupuesto público. [On line]. Consultado: [30-11-2009]. Disponible en: www.presupuestoalternativo.blogst.com

INEI (2008). Censo nacional de población y vivienda 2007. Segunda Edición del INEI; Lima-Perú.

Foro Educativo (2004). La Universidad Peruana. Edición de FOEDU; Lima-Perú.

Francke, P. (2008). Crisis económica internacional. En revista Bajo la lupa. Edición N° 10, Año 2; Lima-Perú.

Marcel, M & Tokman, C. (2005). Cómo financiar la educación en Chile. [On line]. Consultado: [02-12-2009]. Disponible en: www.dipres.cl.

Valcárcel, C. (1998). Historia de la Educación Peruana. Editorial Peisa; Lima-Perú.


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